viernes, 8 de agosto de 2008

Viaje a la comunidad del naranjo

Este viaje era para hacer una visita a una comunidad hondureña, es decir, un pueblo de la honduras profunda. Aquí ACOES ejecuta un proyecto de construcción de 51 viviendas que sustituirán a las 51 infraviviendas en las que actualmente viven estas familias.
 
Esta comunida está en la frontera con Salvador y de 1980 a 1992 sufrío la guerra entre la guerrilla del salvador y su gobierno. Esta zona antes era salvadoreña y tras el final de la guerra se la quedó Honduras.
 
Estas comunidades están construyendo ellos mismos sus casas. Cada una vale 3000€ y son casitas de 3 dependiencias, baño exterior de la casa, pila de agua con fregadero y ducha. Son de piedra, con suelo de baldosas y techo metálico. Para nosotros estas casitas recibirían el calificativo de cutres, pero para ellos esto es un gran avance.
 
En estas dos noches que estuve alli he conocido aquellos años 40 de la España profunda: No hay luz, cuando se hace de noche se usan velas y la luz de la lumbre. La cocina es de leña y se vive al ritmo que marca el sol y las gallinas: a dormir a las 9 y a levantarse a las 5.
 
Estuve hospedado con una familia que tien 4 niños. Todos viven en la misma habitación con las camas separadas por cortinas.
 
La comida es siempre igual: tortillas de maiz, arroz, frijoles y poco más. He pasado un poco de hambre siendo yo, claro.
 
A los invitados les dan lo mejor, porque nos pusieron huevos como extra. Huevos de sus gallinas, que están muy ricos.
 
Dormir, hemos dormido así (eramos dos españoles): yo en un colchon el el suelo y la otra persona en la cama de los padres. Los padres en otra cama mas. Estan acostumbrados a tener invitados españoles asi que tienen alguna cama de mas.
 
El proyecto de las casas lleva dos años de ejecucion pero estuvieron durante 5 años (desde 2001) buscando financiacion a traves de la gente de ACOES. Ahora casi estan acabadas. Se autoentregan las llaves en octubre o noviembre.

Corrupción policial

Los colectivos son taxis que se cogen entre varias personas (4) y que solo arrancan cuando ya están llenos. El taxista va desde donde hay parada al centro y vale algo más que el bus y menos que un taxi. Te puedes bajar en cualquier parte del trayecto.
 
Un día lo cogimos para ir al centro. El conductor iba hablando por el móvil. Al girar una esquina la policía le paró y le dijo que iba hablando por el móvil y que bajara del cocje. El policía le pidio el carnet y se lo quitó. Luego le dijo que le siguiera con su taxi, que aparcara lejos de donde el parara, fuera andando a dónde él estvuiera y que preparara 100 lempieras (3 euros y pico). Esto es ya un par de carreras del taxi.
 
Él lo hizo así y para recuperar su carnet y librarse de lo que vale la multa (que será mas, digo yo) le pago al policia los 100 lempiras como soborno obligado para recuperar su carnet. Luego el taxista nos llevó a donde ibamos.